Aunque ya no me veáis, y creáis que he dejado de existir. Seguiré velando por todos vosotros, seguiré recordando mis hazañas con gran valía y dejaré mis penas a un lado, pues en aquella vida que aún podía notar el roce de las plantas tras mis piernas, vislumbrar con mis ojos la luz del día y la oscuridad de la noche, el tacto con mi amado, las sensaciones y emociones con mi gente querida, el odio entre mis enemigos, el sabor de lo vivido nunca desaparecerá de mi mente. Muchos de aquellos que me odiabais os satisface que mi cuerpo, demacrado esté tras estas paredes y bajo-tierra. Yo os observo en la oscuridad, nunca penséis que de mi se hizo un olvido, un papel tirado, arrugado, repintado con otro nombre que no sea el mío. Sí, puede que esté muerta, que ya no pueda salir a dar un paseo y notar como el viento revuelve mi cabello, que el oxígeno no llene mis pulmones, ni sienta nada. Muchos me habeis olvidado, para esos he dejado de existir. Pero en las mentes de mis seres queridos sigo viva, pues en sus pensamientos me recuerdan tal y como era antes de mi muerte. Y yo jamás me dejaré caer en el pozo del olvido.
