martes, 25 de marzo de 2014

1912-1915




Todo comenzó en Agosto de 1912.
La catástrofe se originó en forma de relación destructiva (cuyo epicentro había sido descubierto hacía muchos años atrás), y fue arrasándolo todo a su paso  como no podía ser de otra forma . Las lágrimas empezaron a caer de mis ojos, sobrevino el dolor. Me dejó en la más plena desidia, probé el dulce tormento. Estuve, incluso, en tratamiento médico, y ni eso supo llegar a la comprensión. Me arrebató la poca seguridad que me quedaba en mí misma, dentro de mi ser. Pero nada mejoraba; sólo empeoraba y yo no podría salir a flote mientras esta persona continuase en mi vida. Como si alguien intentara arrebatarme el aliento, el poco que me quedaba.
Por ello, recogí lo poco que me era necesario, libros, comida, agua y algo con lo que escribir y con ello me fui de casa. Me alejé de todo aquello que había sido mi vida hasta entonces;  ¿Es lo mejor que debería hacer? — Me pregunté a mi misma   y en el camino, me perdí ahogándome en mis ruidosos pensamientos que me atormentaban una y otra vez. Intenté encontrarme  juro que intenté poner más allá de mi pero fue difícil... 

En aquellos meses fatídicos sólo me aportaron actos tremendos que no me sentiría orgullosa de cometer, relaciones que no entablaría, y llegar a ser alguien que no querría. Cuando por fin empecé a ver un atisbo de luz en mí, alguien llegó para rematarlo. En aquel entonces, yo no era consciente de mi vida y le dejé hacer cuánto quisiera hacer sin ningún reparo. Me dejó en ruinas durante meses, me sentí como la oscuridad se apoderaba de mi ser y no me dejaba respirar. 
Pasaron muchos años tras esa horrible experiencia, luché mucho, morí demasiado pero llego un día en que eso cambió y decidí resurgir de las cenizas; para conseguir respirar sin agobios, controlar el dolor, saber tomar decisiones, llegar a sentir, sobre todo saber qué o quienes tienen la intención de llevarte a las sombras. En una maravillosa primavera, pude notar el olor de los jazmines, el color de la lluvia que empaña esta tierra y sus dulces hojas. El canto de los pájaros, el sabor a miel, recorrer los campos sin ninguna inquietud extrema.
Logré probar unos besos que me acariciaban día y noche. Que ahora siguen estando junto a mi.
Así es como se debe luchar, sin dejar ir a tu propia alma al vacío o a mundos en post del caos.
Somos quienes elegimos ser, que unas mentes malas no te hagan abandonarte. Cada uno es libre de escoger a quien querer y cómo hacerlo. 
Seamos realistas, vivamos una vida llena de emociones pero sabiendo que siempre intentarán hundirte.

lunes, 24 de marzo de 2014

¿De quién te falta la sonrisa?


No lo sé. No le conozco, no sé su nombre ni su aspecto, pero sé que está allí.
Bajando alguna calle con los cascos sobre las orejas, con el aire revoloteando su pelo y perdido en sus pensamientos, como siempre.
Quizás incluso murmurándose cosas a sí mismo.
A veces juraría notar su perfume en el viento. Aunque es un chico, huele tan dulce... 
O su voz. Creo que alguna vez oí su voz cuando estaba entre medio dormida y despierta, y sentí que me tocaba la mejilla mientras llamaba mi nombre... y no sabía si era un sueño o un deseo tan fuerte que lo pude percibir por los sentidos... sólo supe que tenía manos frías y una voz serena.
Cuando me aburro le imagino sentado a mi lado, mirando hacia otro lado con su mejilla apoyada en una mano. Y quiero tocarle... pero sé que no puedo. 
Así que tan sólo le miro.
Le veo levantarse e ir a por algo, y le sigo. 
Coge una lata de refresco, y al volver, no me da tiempo de apartarme de la puerta y me atraviesa. 
Y siento un frío terrible, una soledad que me invade, y me echo a llorar. 
Porque sé que en cuanto me gire a buscarle ya no estará. Que nunca estuvo. 
Aunque el perfume del jabón que usó al ducharse siga en el aire, y a pesar de las gotas que dejó su pelo húmedo, caídas en el suelo... No, nunca estuvo.
"Quizás nunca estará..."
Y me aprieto el corazón e imagino su sonrisa. Se me aparece tanto pero jamás le vi sonreír... por eso, me falta su sonrisa.
Quiero verla una sola vez antes de que vuelva a desvanecerse. 
La guardaré en mi corazón como el más oscuro de los secretos, el más preciado de mis tesoros... como el recuerdo de él, el que nunca tuve.