domingo, 19 de enero de 2014

¿Resistible o irresistible?



¿Y si yo dijera que lo "irresistible" no es más que una superstición, inventada por los que le tienen miedo a la libertad? ¿Que todas las instituciones y teorías que nos ofrecen disculpas para la responsabilidad no nos quieren ver más contentos sino sabernos más esclavos? 
¿Que quien espera a que todo en el mundo sea como es debido para empezar a portarse él mismo como es debido ha nacido para mentecato, para bribón o para las dos cosas, que también suele pasar?

¿Que por muchas prohibiciones que se nos impongan y muchos policías que nos vigilen siempre podremos obrar mal —es decir, contra nosotros mismos— si queremos? Pues te lo digo,  te lo digo con toda la convicción del mundo.
Un gran poeta y narrador argentino, Jorge Luis Borges, hace al principio uno de sus cuentos la siguiente reflexión sobre cierto antepasado suyo: "Le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir."  En efecto, nadie ha vivido nunca en tiempos completamente favorables, en los que resulte sencillo ser hombre y llevar una buena vida. 
Siempre ha habido violencia, rapiña, cobardía, imbecilidad(moral y de la otra), mentiras aceptadas como verdades porque son agradables de oír... A nadie se le regala la buena vida humana ni nadie consigue lo conveniente para él sin coraje y sin esfuerzo: por eso virtud deriva etimológicamente de vir, la fuerza viril del guerrero que se impone en el combate contra la mayoría. ¿Te parece un auténtico fastidio? Pues pide el libro de reclamaciones... Lo único que puedo garantizarte es que nunca se ha vivido en Jauja y que la decisión de vivir bien la tiene que tomar cada cual respecto a sí mismo, día a día, sin esperar que la estadística le sea favorable o el resto del universo se lo pida a favor.

domingo, 12 de enero de 2014

Reinventing Your Exit




Fuiste mi campo de batalla, mi bala perdida, la luz sucumbe ante tu sombra.
Tus manos el refugio del miedo, tu cuerpo el muro contra el gélido y asfixiante frío.
Tus dudas son la brecha de un volcán apunto de expirar.
¿Quién soy yo? Nadie. ¿Quién eres tú? Un suspiro que el aire se llevó.
Mirada franca, sonrisa tímida. Que echaré en falta.
A veces el olvido no es la mejor huida, nuestra memoria como defensa escribe páginas y volúmenes inmensos, recreando alientos y penas puestos con un ligero toque de sentimiento y tinta.
Como si de un libro forjado del metal más preciado y sellado con lágrimas de sangre se tratase.
Escogemos caminos llenos de malas hierbas, mientras que su maleza nos envuelve en su terrible brazo, corriendo el peligro de que nos apunten con una pistola en la nuca. Amenazándote, previniendote de cualquier paso en falso te roban la vida de un disparo.
La muerte para mi no es un miedo, sino una realidad, una verdad universal.

¿Cómo se puede tener miedo a la muerte y no a la vida?
Esto es un sentimiento, una razón, ¿Por qué vivimos si no es para morir?
¿Y el amor qué papel juega en todo esto? ¿Nos repara el alma? ¿Nos la destruye? ¿A caso nos consume?
¿Por qué tantas preguntas sin respuesta?
Podríamos  hacer miles de millones de escritos con billones de preguntas y sólo obtendríamos una respuesta clara a todas estas preguntas descarriladas.
La muerte nos espera allá donde nuestros pies rocen la pesada tierra bajo todas las inseguridades.
¿Quién somos para infravalorar a otro?
Cuando el mal ya está hecho nuestra conciencia habla y nos plantea un juicio.
Que solo en el que tú mismo tienes derecho a decidir como sentirse y cómo remediar el error.
Me retrae ver a alguien que no ve más allá de su bien común que nunca está de más pensar en ti mismo, pero no como solución a todo, a eso le llamo egoísmo, y falta de humildad.

Bueno, no sé, cada uno se mata de la manera que desea. Unos por el amor al arte, otros por los vicios, los demás por no quebrantar el orgullo y prejuicios.


¿Y tú? ¿De qué forma te estás matando?
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Solo tú eres capaz de escoger la mejor carta de tu baraja, saber si estás a tiempo a recuperar lo que estuvo en tus manos y se te escapó entre los dedos.