sábado, 6 de octubre de 2012

Egoísmo

 

 En esta vida estamos rodeados tanto de personas buenas como de malas. Personas que son capaces de no compartir las cosas a otro que las necesita posiblemente no, es que lo necesita. En cambio, tú te puedes permitir volver a tener eso que el otro le ayudaria, no siempre. Pero podría ser que sí.
¿Resulta pues que hay que evitar el mal por una especie de egoísmo? Ni más ni menos.
Por lo general la palabra <<Egoísmo>> suele tener mala prensa: se llama << Egoísta >> a quien solo piensa en sí mismo y no se preocupa por los demás, hasta el punto de fastidiarles tranquilamente si con ello obtiene algún beneficio. En este sentido diríamos que Calígula, aquel emperador romano capaz de cometer cualquier crimen por satisfacer el más simple de sus caprichos. Este personaje y otros parecidos suelen ser considerados egoístas (incluso monstruosamente egoístas) y desde luego no se distinguen por lo exquisito de su conciencia ética ni por su empeño en evitar hacer el mal...

De acuerdo, pero ¿son tan egoístas como parece estos llamados << egoístas >>? ¿Quién es el verdadero egoísta? Es decir: ¿quién puede ser egoísta sin ser imbécil? La respuesta me parece obvia: el que quiere lo mejor para sí mismo. Y, ¿qué es lo mejor? Pues eso que hemos llamado << buena vida >>. ¿Se dio una buena vida Calígula? No digamos. ¡Vaya vida que se infligió el pobre chico! Los únicos sentimientos sinceros que consiguió despertar en su prójimo fueron el terror y el odio.
¡Hay que ser imbécil, moralmente imbécil, para suponer que es mejor vivir rodeado de pánico y crueldad que entre amor y agradecimiento!
 Para concluir, al despistado de Calígula se lo cargaron sus propios guardias, claro. ¡Menuda birria de egoísta estaba hecho si lo que quiso es darse la buena vida a base de fechorías! Si hubiera pensado en sí mismo (es decir, si hubiese tenido conciencia) se habría dado cuenta de que los humanos necesitamos para vivir bien algo que sólo los otros humanos pueden darnos si nos lo ganamos pero que es imposible de robar por la fuerza o los engaños.

Cuando se roba, ese algo (respeto, amor, amistad) pierde todo su buen gusto y a la larga se convierte en veneno. Los <<egoístas>> tipo Calígula se parece a esos concursantes de televisión que quieren conseguir el premio mayor pero se equivocan y piden el que no vale nada...
Sólo deberíamos llamar egoísta consecuente al que sabe la verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo.El que se harta de todo lo que le sienta mal (odio, caprichos criminales, lentejas compradas a precio de lágrimas, etc.) en el fondo quisiera ser egoísta pero no sabe.
Pertenece al gremio de los imbéciles y habría que recetarle un poco de conciencia para que se amase mejor a sí mismo. Porque pobrecillo (aunque sea un pobrecillo emperador) cree que se ama a sí mismo pero se fija tan poco en  lo que de veras le conviene que termina portándose como si fuese su peor enemigo.

Por eso, debemos mirar no solo por nuestro bien mayor sino por el bien común, el de los demás. Si tienes la ocasión de ayudar a quien realmente lo necesita. Hazlo. Luego te sientes bien.
Yo me siento muy bien conmigo misma cuando ayudo a alguien, realizo una acción con mucho esfuerzo y dedicación. Pero sobretodo, hacer feliz a los que quiero. 
 


viernes, 29 de junio de 2012

Baculus





¿Sabes cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? Pues no ser imbéciles. 
La palabra <<imbécil>> es más sustanciosa de lo que parece, no te vayas a creer. Viene del latín baculus que significa <<bastón>>: el imbécil es el que necesita bastón para caminar. Que no se enfaden con nosotros los cojos ni los ancianitos, porque el bastón al que nos referimos no es el que se usa muy legítimamente para ayudar a sostenerse y dar pasitos a un cuerpo quebrantado por algún accidente o por la edad. El imbécil puede ser todo lo ágil que se quiera y dar brincos como una gacela olímpica, no se trata de eso. Si el imbécil cojea no es de los pies, sino del ánimo: es su espíritu el debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue unas volteretas de órdago. Hay imbéciles de varios modelos, a elegir:

a) El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque.

b) El que cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos sublimes, todo a la vez.

c) El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque sí, todo lo que hace está dictado por la opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa.

d) El que sabe qué quiere y sabe lo que quiere y, más o menos, sabe por qué lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana, a ver si entonces se encuentra más entonado.

e) El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.


Todos esos tipos de imbecilidad necesitan bastón, es decir, necesitan apoyarse en cosas de fuera, ajenas, que no tienen nada que ver con la libertad y la reflexión propias.
Siento decirte que los imbéciles suelen acabar bastante mal, crea lo que crea la opinión vulgar. Cuando digo que <<acaban mal>> no me refiero a que terminen en la cárcel o fulminados por un rayo (eso sólo puede pasar en las películas), sino que te aviso de que suelen fastidiarse a sí mismos y no suelen lograr vivir una buena vida. Y todavía siento más tener que informarte qué síntomas de imbecilidad solemos tener casi todos; vamos, por lo menos yo me los encuentro un día sí y otro también, ojalá a ti te vaya mejor en el invento... Conclusión: ¡Alerta!, ¡En guardia!, ¡La imbecilidad acecha y no perdona!
Por favor, no vayas a confundir la imbecilidad de la que te hablo con la que a menudo se llama ser <<imbécil>>, es decir, ser tonto, saber pocas cosas, no entender la trigonometría o ser incapaz de aprenderse el subjuntivo del verbo vivir la buena vida que queremos.

De todas formas, esto solo es una reflexión sin ánimo de ofender a nadie.



Alea iacta est.




domingo, 13 de mayo de 2012

El Caos Reptante


Mucho es lo que se ha escrito acerca de los placeres y los sufrimientos del opio.
Los éxtasis y horrores de De Quincey y los paradis artificiels de Baudelaire son conservados e interpretados con tal arte que los hace inmortales, y el mundo conoce a fondo la belleza, el terror y el misterio de esos oscuros reinos donde el soñador es transportado.
Pero aunque mucho es lo que se ha hablado, ningún hombre ha osado todavía detallar la naturaleza de los fantasmas que entonces se revelan en la mente, o sugerir la dirección de los inauditos caminos por cuyo adornado y exótico curso se ve irresistiblemente lanzado el adicto.
De Quincey fue arrastrado a Asia, esa fecunda tierra de sombras nebulosas cuya temible antigüedad es tan impresionante que "la inmensa edad de la raza y el nombre se impone sobre el sentido de juventud en el individuo", pero él mismo no osó ir más lejos. Aquellos que han ido más allá rara vez volvieron y, cuando lo hicieron, fue siempre guardando silencio o sumidos en la locura.
Yo consumí opio en una ocasión... en el año de la plaga, cuando los doctores trataban de aliviar los sufrimientos que no podían curar.
Fue una sobredosis mi médico estaba agotado de horror y los esfuerzosy, verdaderamente, viajé muy lejos. Finalmente regresé y viví, pero mis noches se colmaron de extraños recuerdos y nunca más he permitido a un doctor volver a darme opio.


Cuando me administraron la droga, el sufrimiento y el martilleo en mi cabeza habían sido insufribles. No me importaba el futuro; huir, bien mediante curación, inconsciencia o muerte, era cuanto me importaba. Estaba medio delirando, por eso es difícil ubicar el momento exacto de la transición, pero pienso que el efecto debió comenzar poco antes de que las palpitaciones dejaran de ser dolorosas.
Como he dicho, fue una sobredosis; por lo cual, mis reacciones probablemente distaron mucho de ser normales. La sensación de caída, curiosamente disociada de la idea de gravedad o dirección, fue suprema, aunque había una impresión secundaria de muchedumbres invisibles de número incalculable, multitudes de naturaleza infinitamente diversa, aunque todas más o menos relacionadas conmigo. A veces, menguaba la sensación de caída mientras sentía que el universo o las eras se desplomaban ante mí.
Mis sufrimientos cesaron repentinamente y comencé a asociar el latido con una fuerza externa más que con una interna. También se había detenido la caída, dando paso a una sensación de descanso efímero e inquieto, y, cuando escuché con mayor atención, fantaseé con que los latidos procedieran de un mar inmenso e inescrutable, como si sus siniestras y colosales rompientes laceraran alguna playa desolada tras una tempestad de titánica magnitud.
Entonces abrí los ojos.




Por un instante, los contornos parecieron confusos, como una imagen totalmente desenfocada, pero gradualmente asimilé mi solitaria presencia en una habitación extraña y hermosa iluminada por multitud de ventanas. 
No pude hacerme la idea de la exacta naturaleza de la estancia, porque mis sentidos distaban aún de estar ajustados, pero advertí alfombras y colgaduras multicolores, mesas, sillas, tumbonas y divanes de elaborada factura, y delicados jarrones y ornatos que sugerían lo exótico sin llegar a ser totalmente ajenos. 
Todo eso percibí, aunque no ocupó mucho tiempo en mi mente. Lenta, pero inexorablemente, arrastrándose sobre mi conciencia e imponiéndose a cuarquier otra impresión, llegó un temor vertiginoso a lo desconocido, un miedo tanto mayor cuanto que no podía analizarlo y que parecía concernir a una furtiva amenaza que se aproximaba... no la muerte, sino algo sin nombre, un ente inusitado indeciblemente más espantoso y aborrecible.


Inmediatamente me percaté de que el símbolo directo y excitante de mi temor era el odioso martilleo cuyas, incesantes reverberaciones batían enloquecedoramente contra mi exhausto cerebro.
Parecía proceder de un punto fuera y abajo del edificio en el que me hallaba, y estar asociado con las más terroríficas imágenes mentales. Sentí que algún horrible paisaje u objeto acechaban más allá de los muros tapizados de seda, y me sobrecogí ante la idea de mirar por las arqueadas ventanas enrejadas que se abrían tan insólitamente por todas partes. Descubriendo postigos adosados a esas ventanas, los cerré todos, evitando dirigir mis ojos al exterior mientras lo hacía. Entonces, empleando pedernal y acero que encontré en una de las mesillas, encendí algunas velas dispuestas a lo largo de los muros en barrocos candelabros. La añadida sensación de seguridad que prestaban los postigos cerrados y la luz artificial calmaron algo mis nervios, pero no fue posible acallar el monótono retumbar. Ahora que estaba más calmado, el sonido se convirtió en algo tan fascinante como espantoso. Abriendo una portezuela en el lado de la habitación cercano al martilleo,  descubrí un pequeño y ricamente engalanado corredor que finalizaba en una tallada puerta y un amplio mirador. Me ví irresistiblemente atraído hacia éste, aunque mis confusas aprehensiones me forzaban igualmente hacia atrás. Mientras me aproximaba, pude ver un caótico torbellino de aguas en la distancia. Enseguida, al alcanzarlo y observar el exterior en todas sus direcciones, la portentosa escena de los alrededores me golpeó con plena y devastadora fuerza.


Contemplé una visión como nunca antes había observado, y que ninguna persona viviente puede haber visto salvo en los delirios de la fiebre o en los infiernos del opio. La construcción se alzaba sobre un angosto punto de tierrao lo que ahora era un angosto punto de tierraremontando unos 90 metros sobre lo que últimamente debió ser un hirviente torbellino de aguas enloquecidas. A cada lado de la casa se abrían precipicios de tierra roja recién excavados por las aguas, mientras que enfrente las temibles olas continuaban batiendo de forma espantosa, devorando la tierra con terrible monotonía y deliberación. Como a un kilómetro se alzaban y caían amenazadoras rompientes de no menos de cinco metros de altura y, en el lejano horizonte, crueles nubes negras de grotescos contornos colgaban y acechaban como buitres malignos.  Las olas eran oscuras y purpúreas, casi negras, y arañaban el flexible fango rojo de la orilla como toscas manos voraces. No pude por menos que sentir que alguna noviva entidad marina había declarado una guerra a muerte contra toda la tierra firme, quizá instigada por el cielo enfurecido.























domingo, 15 de enero de 2012

Dicen que son..


...cosas que pasan.
Yo Silvana estoy sentada en mi sillón de las reflexiones.
Os las empezaré a ir contando, pero no me malinterpretéis, pues al fin y al cabo me lo digo a mí misma, es solo un reproche más.

Ya, claro. Sí ¿ Por qué no? ¿Por qué no puede ser? 
No lo entiendo. No, no entiendo nada. Me dicen : Tranquila, ya verás como todo pasa, no es para ti.
Vale, pero por qué me dices nada, aún cuando, no deberías haberte metido. 
¿ Sabes por qué ? Sencillo, pues por el simple hecho de que nadie te lo ha pedido.
Tenía una pequeña ilusión que alimentaba conforme pasaban los días.. pero tú la destrozaste.
Ya no pienso como antes, él va desapareciendo de mis pensamientos, como un soplo de aire gélido. 
Me llega el frío hasta mi corazón latente. Uf.. no tengo ganas ni de arreglarme sino mirar como voy.
Todos, absolutamente todos, siempre tendremos alguien en mente, ya sea mucho o escaso pero siempre te rondará alguien en tu cabeza.



Sí, parece mentira. Pero lo acabamos haciendo sin pensarlo, ¿ tiene su gracia, eh? 
Incluso cuando escuchamos alguna canción, nos acaba recordando a esa persona y se nos escapa una sonrisa imperceptible. Pero cuando te das cuenta del gesto que haces, sonríes por no reír.
Continua lucha.
Uno siempre se alegra de ser útil si la persona es feliz y me dedica una sonrisa de felicidad.
Un día, miraremos al cielo o las estrellas y será con la persona que esté enamorada de ti, que le encante abrazarte y robarte besos, y sonrisas.
Donde solo existan dos personas, con un amor infinito.


Dicen que son cosas que pasan.










sábado, 7 de enero de 2012

La Epidemia de la muerte.


En lo más profundo de un lugar llamado Arkham empezaron a ocurrir extraños sucesos 
en donde los habitantes, vivían tranquilos y felices en aquel lugar.. acabó de pronto.

El apogeo de la epidemia tuvo lugar el 3 agosto de 1930. Donde los vigilantes encontraban en los bosques cadáveres, mutilados, destrozados.. En cada muerto, siempre se vislumbraba el cráneo roto desde la nariz hasta donde se sitúa el hueso occipital  y la mandíbula inferior arrancada.
Los vigilantes principales de este caso se llamaban West y Ian. Ellos dos estudiaban medicina y lo que no sabia nadie de ellos es que West estaba obsesionado con revivir a los muertos. El catedrático de la facultad de medicina el doctor Halsey nunca dejaba que West siguiera llevando a cabo con su entusiasmo y su obsesión por lo que le prohibía siempre y rotundamente que no le dejaría utilizar la sala de disección. 
Pero antes de que sucedieran aquella terrible epidemia.. El doctor Halsey cayó enfermo y falleció el día 31 de julio.. West seguido de su fiel acompañante Ian se le ocurrió una idea descabellada.. coger el cuerpo de el difunto doctor... Y lo que no sabían es lo que iba a provocar aquella idea.

Pero antes de aquello os contaré el porqué de todo..
West y Ian estuvieron a punto de sucumbir en cuanto al doctor Halsey falleció el día 31. 
Todos los estudiantes asistieron a su precipitado funeral el día 1 de agosto, y compraron una impresionante corona, aunque casi la ahogaban los testimonios enviados por los ciudadanos acomodados de Arkham y las propias autoridades del municipio. Fue casi un acontecimiento público, dado que el decano había sido un verdadero benefactor para la ciudad. Después del sepelio, se quedaron bastantes deprimidos, y pasaron la tarde en el bar de la Comercial House, donde West, aunque afectado por la muerte de su principal adversario, hizo estremecer a todos hablándoles de sus notables teorías. Al oscurecerse, la mayoría de los estudiantes regresaron a sus casas o se incorporaron a sus diversas publicaciones: pero West convenció a Ian para que le ayudase a "sacar partida de la noche". La patrona de West nos vio entrar en la habitación alrededor de las dos de la madrugada, acompañados de un tercer hombre, le contó a su marido que se notaba que habíamos cenado y bebido bastante bien.
Aparentemente, la avinagrada patrona tenía razón; pues hacia las tres, la casa entera se despertó con los gritos procedentes de la habitación de West, cuya puerta tuvieron que echar abajo para encontrarles a los dos inconscientes, tendidos en la alfombra manchada de sangre, golpeados, arañados y magullados, con trozos de frascos e instrumentos esparcidos a su alrededor.
Sólo la ventana abierta revelaba que había sido de nuestro asaltante, y muchos se preguntaron qué le había ocurrido,después del tremendo salto que tuvo que dar desde el segundo piso al césped. Encontraron ciertas ropas extrañas en la habitación, pero cuando West volvió en sí, explicó que no pertenecían al desconocido, sino que eran muestras recogidas para su análisis bacteriológico, lo cual formaba parte de sus investigaciones sobre la transmisión de enfermedades infecciosas. Ordenó que las quemasen inmediatamente en la amplia chimenea. Ante la policía declararon ignorar por completo la identidad del hombre que había estado con nosotros. West explicó con nerviosismo que se trataba de un extranjero afable al que habían conocido en un bar de la ciudad que no recordaban. Habían pasado un rato algo alegres y West e Ian no querían que detuviesen a su belicoso compañero.


En esa misma noche presenciaron el comienzo del segundo horror de Arkham; horror que, para mí, iba a eclipsar a la misma epidemia. El cementerio de la iglesia de Cristo fue escenario de un horrible asesinato: un vigilante había muerto a arañazos, no sólo de manera indescriptiblemente espantosa, sino que había dudas de que el agresor fuese un ser humano. La víctima había sido vista con vida bastante después de la medianoche, descubriéndose el incalificable hecho al amanecer. Se interrogó al director de un circo instalado en el vecino pueblo de Bolton, pero este juró que ninguno de sus animales se había escapado de su jaula.
Quienes encontraron el cadáver observaron un rastro de sangre que conducía a la tumba reciente, en cuyo cemento había un pequeño charco rojo, justo delante de la entrada.
Otro rastro más pequeño se alejaba en dirección al bosque; pero se perdía enseguida.

A la noche siguiente, los demonios danzaron sobre los tejados de Arkham, y una desenfrenada locura aulló en el viento. Por la enfebrecida ciudad anduvo suelta una maldición, de la que unos dijeron que era más grande que la peste, y otros murmuraban que era el espíritu encarnado del mismo mal. Un ser abominable penetró en ocho casas sembrando la muerte roja a su paso... dejando atrás el mudo y sádico monstruo un total de diecisiete cadáveres, y huyendo después. Algunas personas que llegaron a verle en la oscuridad dijeron que era blanco y como un mono malformado o monstruoso antropomorfo.

No había dejado entero a nadie de cuantos había atacado, ya que a veces había sentido hambre. El número de víctimas ascendía a catorce; a las otras tres las había encontrado ya muertas al irrumpir a sus casas, víctimas de la enfermedad.

La tercera noche, los frenéticos grupos dirigidos por la policía lograron capturarle en una casa de Crane Street, cerca del campus universitario. Habían organizado la batida con toda la minuciosidad, manteniéndose en contacto mediante puestos voluntarios de teléfono; y cuando alguien del districto de la universidad informó que había oído arañar en una ventana cerrada, desplegaron inmediatamente la red. Debido a las precauciones y a la alarma general, no hubo más que otras dos víctimas, y la captura se efectuó sin más accidentes. La criatura fue detenida finalmente por una bala; aunque no acabó con su vida, y fue transladada al hospital local, en medio del furor y la abominación generales, porque aquel ser había sido humano.
Esto quedó claro, a pesar de sus ojos repugnantes, su mutismo simiesco, y su salvajismo demoníaco. Le vendaron la herida y trasladaron al manicomio de Sefton, donde estuvo golpeándose la cabeza contra las paredes de la celda acolchada durante dieciséis años, hasta un reciente accidente, a causa del cual escapó en circunstancias de las cuales a nadie le gusta hablar. Lo que más repugnó a quienes lo atraparon en Arkham fue que, al limpiarle la cara a la monstruosa criatura, observaron en ella una semejanza increíble y burlesca con un mártir sabio y abnegado al que habían enterrado hacia tres días: el difunto doctor Allan Halsey, benefactor público y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Miskatonic.


Para el desaparecido Herbert West, y para Ian, la repugnancia y el horror fueron indecibles. Aun se estremece, esta noche, mientras piensa en todo ello, y tiembla más aún de lo que tembló aquella mañana en que West murmuró entre sus vendajes : - ¡ Maldita sea, no estaba bastante fresco !
















jueves, 5 de enero de 2012

Natalie Shadowsong.



Buenas, me llamo Natalie Shadowsong tengo 17 años y quiero relataros mi pasado, desearía que todo vuelva a ser como antes.


Recuerdo .. recuerdo aquellos años en los que todo estaba perfecto.
Llegaba a mi gran casa y lo primero que hacia era ir a ver a mi padre, darle un fuerte abrazo.
Y mi madre, tan hermosa y elegante sentada en su sofá preferido con un libro en las manos, tan delicada y bonita como un pétalo de rosa leyendo como no. Corría hacia ella y le daba un suave beso en la mejilla izquierda.

Seguidamente, llegaban mis dos hermanos de correr a caballo.

  • Mi hermano mayor Christian tenía unos 20 años, alto, guapo de espalda y hombros esbeltos, moreno de pelo corto y de ojos azules. Es un encanto, pues como he visto es un Don Juan todas las chicas estaban por él "menuda novedad" pero algún día espero que encuentre a una chica a la que realmente quiera. Su personalidad es fascinante, adora la hípica es su pasión, es elegante, educado, y sobretodo uno de sus hobbys son la fotografía. La foto que tengo, que veis, me la hizo él. Sí, era unos de aquellos paseos que siempre hacía todas las tardes. Una gran foto sin duda

  • Jaden mi hermano pequeño con tan solo 15 años, le dieron el título al mejor de su colegio. La verdad es que era realmente listo, nunca he sabido como alguien puede tener esa inteligencia. Jaden y yo jugábamos juntos al ajedrez y me ganaba siempre. Y de una manera diferente, se supone que a mi se me da muy bien. Pero con un hermano como él poco podía hacer al respecto. Jaden un chico muy atractivo, moreno pelo corto y sus ojos de un intenso color verde. Yo le llamaba el cerebrito, le molestaba mucho pero yo se lo decía con cariño (Es lo que tiene ser mayor que él, siempre podría chincharle de alguna manera) En resumen, Jaden está en una edad del caos, que si una chica por allí que si no se quién le ha dicho no se cuantos (que podría ser mentira) líos, altibajos de amistades de amoríos, pero bueno en realidad da igual la edad pero en su edad es la del cambiazo. Pero bueno todos debemos pasar por ello.
Pasaron unos años..

Les hecho tanto de menos a los cuatro, mi hermano mayor Christian con 22 años, se fue a estudiar fuera y se casó con una mujer que en mi opinión no me gusta nada. 
Jaden con tan solo 17 años le dieron pase para la Universidad y una beca, sí tiene tanta cabeza que se marchó a estudiar su sueño, ser Médico y me alegro mucho por él.. pero que vacío está todo esto sin mis dos hermanos. 
Mi madre cayó enferma.. y fue muy duro para todos nosotros.. la hecho tanto de menos.
Mi padre destrozado por mi querida madre, nos dijo (cuando estábamos todos los hermanos reunidos) que se iba de viaje por trabajo. Mi padre Peter también médico, se marchó y nunca más volvió.

Tengo ya 19 años, sigo yendo a la universidad intentando terminar los estudios, si no fuera por mi hermano Christian no sé como podría pagar los gastos.. sí vivo sola en mi casa, los criados se han ido marchando conforme veían que mi padre nos había abandonado a nuestra suerte. Me siento sola, impotente.. odio cuando todo lo bueno a ido desapareciendo de mis manos, y no pude hacer nada para evitarlo. No creo en el destino, pienso que podría haber aprovechado mejor el tiempo, con cada uno de mi familia.
¿Qué me deparará el camino? No lo sé, pero si aún me quedan fuerzas por seguir luchando. No caeré, aún no. 





lunes, 2 de enero de 2012

Arenas


Camino sin rumbo, en un lugar lleno de sombras buscando un lugar donde no exista el dolor, y un sitio donde el amor no pueda hacerte daño. Sí, se que tal realidad no va a salir de ninguna parte. Aunque en la mente de cada uno forjamos con nuestros pensamientos aquél mundo donde pasan todas aquellas cosas que nos gustaría que sucedieran: Encontrar el amor de tu vida, tener un hogar donde pasar muchos momentos con tu persona querida, andar por las calles, viajar a un lugar maravilloso, que tu familia sea feliz y tus amigos compartan cosas inolvidables, sentir como el viento revuelve los cabellos y como el calor del sol te protege del frío...

Pero lucharé por encontrar ese lugar pues yo, encaminada voy. Con paso decidido y mirada fija al frente, pisando cada losa, tierra, arena, nieve.. eso no importa. Porque conseguiré labrar mi futuro, es más, conozco parte de  los peligros de esta vida. Encontraré el cielo, el lugar, el momento, cuando decir "Sí" o "No".
Mi sitio en este basto mundo, no huyo de nadie tan solo necesito saber el por qué de mi existencia, por qué estoy aqui, si este es mi lugar o no lo es.
Caminaré, correré, volaré.. pero con un único objetivo : Por qué estoy aquí, cual es mi objetivo en esta vida, y qué me deparará mi ostentoso andar..

domingo, 1 de enero de 2012

2012



Un número que según muchos, proclama que llegan tiempos oscuros para todos. ¿ No decían que se acabaría el mundo en el 2000 ? o ¿ en el 1990 ? Eso solo son más que supersticiones sin fundamento. 
Este año promete.
Dejo atrás al 2011 donde me han sucedido cosas buenas y malas. Las malas las iré olvidando poco a poco pero no, mis errores. Pues de algo siempre se aprende y es de uno mismo. Y bueno gracias a personas muy importantes en mi vida, he pasado las mejores tardes, muchas risas y momentos que quedarán grabados en mi memoria. Sin ellos no sería nada. 
Gracias por todo, os quiero demasiado. Me tendréis para todo y recordar si alguno de ellos está mal yo sufriré sus penas e intentaré ayudar en todo lo que esté en mi mano siempre e incondicionalmente que quiera o no. Pues lo mejor que se puede sacar de un amigo/a es una bonita sonrisa y hacerla feliz.
¡ Este año, a por todas !