domingo, 29 de marzo de 2015

La belleza es el arte de suponer




La palabra "belleza" es tan subjetiva como su significado propio.
Con esto me refiero a que depende de muchos factores para llevar a cabo esa definición.
Quiero decir que ni todo es sumamente bello; ni derivados, ni todo se podría clasificar como algo horrible. Hay cosas que con la simpleza que transmiten puede ser bonito hasta el conjunto que forman. Por eso, denominar a alguien como "guapo" es muy complicado, incluso decirlo a la ligera también.

Así sin más, no todo reside en el exterior. Que eso puede ser una caratula de un libro más entre una multitud en una librería. Uno puede ser hermoso por fuera y, deleitable a los ojos humanos que nos aleja de la realidad que en esos casos suele suceder muy a menudo.
Eso conseguiría bloquear nuestros sentidos. A veces cometemos estupideces por el simple hecho de mirar a alguien que de primeras puede parecer especial. Pero que luego al darnos cuenta "hemos sido unos estúpidos y nos hemos dejado llevar por las apariencias" para después descubrir que esa persona tan fascinantemente bella no es más lo que solo ha dejado mostrar: un cuerpo bonito con una sonrisa que te quita todos los males.

En eso se queda: en un estupendo florero. Que queda muy bien en una esquina de tu departamento para decorar ese espacio. No sirve para nada más que para eso.
Con esto me refiero que antes de prejuzgar a una persona aparentemente bella habrá que conocerla y después ya nos llevamos las sorpresas que nos tengamos que llevar.
Somos muy débiles en ese aspecto y, nos gusta el cotilleo, juzgar a los demás y demás cosas que hagan saciarnos nuestra curiosidad.

Por eso, las personas somos mucho más bellas cuando nos sentimos bien hacia nosotros mismos y hacia los demás. No porque tengas una apariencia agradable ya significa que lo seas. Como he matizado antes eso es muy difícil de averiguar a simple vista.
Te puedes llegar a enamorar de lo que tienes delante pero no de lo que contiene esa persona.
Llegué a la conclusión de que la belleza misma recae sobre quien sabe diferenciar entre los distintos lenguajes que existen para así enlazarlos en uno solo.