sábado, 6 de octubre de 2012

Egoísmo

 

 En esta vida estamos rodeados tanto de personas buenas como de malas. Personas que son capaces de no compartir las cosas a otro que las necesita posiblemente no, es que lo necesita. En cambio, tú te puedes permitir volver a tener eso que el otro le ayudaria, no siempre. Pero podría ser que sí.
¿Resulta pues que hay que evitar el mal por una especie de egoísmo? Ni más ni menos.
Por lo general la palabra <<Egoísmo>> suele tener mala prensa: se llama << Egoísta >> a quien solo piensa en sí mismo y no se preocupa por los demás, hasta el punto de fastidiarles tranquilamente si con ello obtiene algún beneficio. En este sentido diríamos que Calígula, aquel emperador romano capaz de cometer cualquier crimen por satisfacer el más simple de sus caprichos. Este personaje y otros parecidos suelen ser considerados egoístas (incluso monstruosamente egoístas) y desde luego no se distinguen por lo exquisito de su conciencia ética ni por su empeño en evitar hacer el mal...

De acuerdo, pero ¿son tan egoístas como parece estos llamados << egoístas >>? ¿Quién es el verdadero egoísta? Es decir: ¿quién puede ser egoísta sin ser imbécil? La respuesta me parece obvia: el que quiere lo mejor para sí mismo. Y, ¿qué es lo mejor? Pues eso que hemos llamado << buena vida >>. ¿Se dio una buena vida Calígula? No digamos. ¡Vaya vida que se infligió el pobre chico! Los únicos sentimientos sinceros que consiguió despertar en su prójimo fueron el terror y el odio.
¡Hay que ser imbécil, moralmente imbécil, para suponer que es mejor vivir rodeado de pánico y crueldad que entre amor y agradecimiento!
 Para concluir, al despistado de Calígula se lo cargaron sus propios guardias, claro. ¡Menuda birria de egoísta estaba hecho si lo que quiso es darse la buena vida a base de fechorías! Si hubiera pensado en sí mismo (es decir, si hubiese tenido conciencia) se habría dado cuenta de que los humanos necesitamos para vivir bien algo que sólo los otros humanos pueden darnos si nos lo ganamos pero que es imposible de robar por la fuerza o los engaños.

Cuando se roba, ese algo (respeto, amor, amistad) pierde todo su buen gusto y a la larga se convierte en veneno. Los <<egoístas>> tipo Calígula se parece a esos concursantes de televisión que quieren conseguir el premio mayor pero se equivocan y piden el que no vale nada...
Sólo deberíamos llamar egoísta consecuente al que sabe la verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo.El que se harta de todo lo que le sienta mal (odio, caprichos criminales, lentejas compradas a precio de lágrimas, etc.) en el fondo quisiera ser egoísta pero no sabe.
Pertenece al gremio de los imbéciles y habría que recetarle un poco de conciencia para que se amase mejor a sí mismo. Porque pobrecillo (aunque sea un pobrecillo emperador) cree que se ama a sí mismo pero se fija tan poco en  lo que de veras le conviene que termina portándose como si fuese su peor enemigo.

Por eso, debemos mirar no solo por nuestro bien mayor sino por el bien común, el de los demás. Si tienes la ocasión de ayudar a quien realmente lo necesita. Hazlo. Luego te sientes bien.
Yo me siento muy bien conmigo misma cuando ayudo a alguien, realizo una acción con mucho esfuerzo y dedicación. Pero sobretodo, hacer feliz a los que quiero.